SOBRE LOS ACUERDOS,
LA PAZ, EL SÍ O EL NO Y OTROS DEMONIOS
Sociólogo - Esp.
en Análisis de Políticas Públicas
twitter: @jorgejaimee - http://jorgejaimee.blogspot.com/
¿De qué se trata?, y ¿Qué viene?
Luego de lo que pasó hoy (la firma de los acuerdos) y de ver las reacciones de amigos y conocidos, me embarga el imperativo moral, me atañe el deber ciudadano y la obligación ética de aportar algunas reflexiones y de claridades sobre los acuerdos, la paz, el sí o el no y otros demonios.
Antes que nada, quisiera Explicar, qué fue lo que NO SE NEGOCIÓ en La Habana. NO SE NEGOCIÓ con la guerrilla, ni el modelo económico, ni el sistema o régimen político, ni la matriz productiva, así pues, que seguiremos siendo a muy a pesar de todo, un país con modelo económico capitalista y neoliberal, y nada más lejano del comunismo o del castro chavismo pregonan temerariamente algunas personas. El modelo neoliberal está blindado, salvaguardado, se defiende a ultranza, y sin querer ser apológico, no cambiará, créanme.
Este modelo neoliberal que ha dejado más víctimas que el conflicto armado, no cambiara o no la menos en el corto plazo y menos por la firma de los acuerdos, para dar un ejemplo de que tan neoliberal es nuestro sistema solo basta analizar en nuestro nefasto y asesino sistema de salud, nada más neoliberal y capitalista que este, así que tranquilos, no seremos ni de cerca un país parecido a Venezuela o Cuba, para nada. Dicho esto, analizamos los acuerdos.
Si uno tuviera que resumir los acuerdos, lo haría en dos grupos, el primer grupo de Acuerdos de Pago (abono) a la Deuda Histórica. Es penoso que temas como la reforma agraria integral, las garantías para la participación política, una solución estructural al tema de cultivos de uso ilícitos y el desarrollo rural, que debieron discutirse en el Congreso de la República, tuvieron que esperar un proceso de dialogo con una guerrilla, para que el Estado se comprometa a hacer lo que debió hacer desde hace mucho tiempo.
En un Estado Social de Derecho las garantías para la participación política, son fundamentales y así está plasmado en la misma constitución del 91, pero así como muchas cosas lindas de la Constitución, se diluyeron en las leyes y desaparecen en la reglamentación, el Estado colombiano a través de sucesivos gobiernos ha venido reduciendo cada vez más los espacios y acabando las expresiones minoritarias, a través de las reformas políticas al sistema electoral (en el mejor de los casos) o a través de las balas en algunas (no pocas) ocasiones, y valga decirlo que en este país ven en el pensamiento divergente (diferente) una amenaza que sin duda hay que acabar, no solo desde lo simbólico, sino desde lo físico, ese rasgo esta inoculado en lo más profundo de los orígenes del conflicto mismo.
Por su parte la reforma agraria de la cual venimos hablando desde comienzos del siglo pasado, y que por el contrario lo que se ha vivido es una contrarreforma, de concentración de la tierra, de despojo y apropiación de estas, también valga decirse, a través de la mezcla de todas las formas de despojo y apropiación.
Se tuvo que esperar un proceso de dialogo con la FARC para hablar de lo que se debió hablar, para decir que teníamos que hacer lo que dijimos en la constitución del 91 que temíamos que hacer.
El segundo grupo de acuerdos son acuerdos inherentes a un proceso de fin de la confrontación armada, que tiene que ver con la reparación ala victimas (verdad, justicia y reparación y no repetición). En los acuerdos de La Habana se le da más valor a la verdad que a la pena, eso hace parte de la justicia transicional y restaurativa, una justicia imperfecta para una realidad imperfecta. Ojalá conozcamos como sociedad la verdad sobre los intereses que subyacen al conflicto, y como ciudadanos, la verdad que le dé sociego a las víctimas y sus familias, toda esa verdad es necesaria para seguir, para avanzar hacia un nuevo país, así verdad, reparación a las víctimas y justicia, son necesarios para este proceso de reconciliación nacional.
Del acuerdo sobre las víctimas, lo más sensato es decir que esperamos que este garantice más verdad que el proceso de “justicia y paz” con los paramilitares, que en verdad haya verdad, que haya reparación (simbólica, individual o colectiva, pero en todo caso real y efectiva), solo la historia lo dirá, ojalá que sí. También dentro de este grupo de acuerdos, la dejación de armas, el proceso de reintegración y el tránsito del combate armado, al debate de las ideas y la participación política, esto lo vivimos con el M19, y no nos volvimos comunistas, y no creo que las curules al nuevo partido resultado de reinserción a la vida civil de los excombatientes, conviertan a este país en Venezuela o en Cuba; Pensar que eso es posible es desestimar nuestra clase política, esa oligarquía rancia bipartidista, y pensar que van a deshacer lo que han hecho en 200 años de vida republicana, por un acuerdo con la guerrilla, NO, seguiremos manteniendo la mentira de que somos la democracia más vieja de américa, eso no va a cambiar.
Por lo demás desestimar y desmotar mitos y mentiras sobre los cuerdos me llevaría muchas horas y hojas más, seguramente sin mucho sentido, pues es inútil convencer al terco sin argumentos, con argumentos, es tan difícil como enseñar a pensar al que nunca ha pensado, pues es más fácil que los demás piensen por él y digan lo que él tiene que repetir, para otros que convencidos que apoyar los acuerdos es apoyar a Santos y su gobierno, les reitero que no soy santista, ni tampoco uribista, soy colombiano , soy padre de una hija y por ella me la juego por la vida, convencido de que lo que se firmó no es la paz, la paz es mucho más que eso, y depende en gran medida de lo que hagamos o dejemos de hacer como ciudadanos.
Por ultimo yo votaré SI, no porque crea en Santos o en la FARC, votaré si porque creo firmemente que este es un primer paso para cambiar y comenzar a construir la paz, que sin duda es mucho más que los acuerdos, porque los muertos de esta guerra no son de la familia Santos o de la familia Uribe, son colombianos que han dado su vida en un conflicto fratricida, por eso voto Si, por porque quiero que ningún Jaime, que ningún amigo, que ningún conocido muera en una guerra absurda.
Este es un primer paso, faltan muchos más para construir la paz, y muchos de esos pasos no dependen de los gobiernos o los gobernantes, sino de los gobernados; cuando aprendamos a elegir, cuando aprendamos a decidir, habremos dado otro paso, cuando hagamos un poquito más que quejarnos, cuando caigamos en la cuenta que la paz no se firma sino que se construye entre todos y todas y que sin duda lo que pase o deje de pasar depende en gran medida de lo que cada uno/a haga o deje de hacer, ese día habremos dado otro paso para hacia la paz.
“Porque de nosotros depende que la letra tome vida y los sueños se hagan realidad” (J. Jaime; 1999)
26 de Septiembre de 2016